
Guayaquil, 21 de octubre de 2025. En el corazón de Europa, el Países Bajos ha convertido la bicicleta en algo más que un medio de transporte: es un modo de vida. Con cifras que sorprenden incluso a los conocedores de movilidad sostenible —como más de 24 millones de bicicletas para una población de alrededor de 18 millones de personas— los neerlandeses demuestran que se puede hacer de la bicicleta un actor principal de la vida urbana, rural y suburbana.
¿Por qué la bicicleta reina en Holanda?
Varios factores ayudan a entender cómo esta nación plana, conectada y acostumbrada a pedalear ha convertido la bici en parte esencial de su identidad:
- Infraestructura avanzada: Las ciudades neerlandesas ofrecen carriles bici bien señalizados, accesos directos, combinaciones con transporte público y aparcamientos diseñados para bicicletas.
- Economía de la bici: En 2024 se vendieron aproximadamente 858 000 bicicletas nuevas en los Países Bajos, casi la mitad de ellas eléctricas, y el mercado facturó más de 1.550 millones de euros.
- Cambio cultural: Andar en bici no es solo para los fines de semana o para niños. Como señalan los datos, la distancia media recorrida por persona subió a 1.065 km en 2023.
- Motivos de salud y sostenibilidad: Un tercio de los ciclistas utiliza bicicletas eléctricas, facilitando el desplazamiento a personas mayores o con menor condición física.
Vida urbana, rural… y de dos ruedas
La bici no se limita a una zona: está en la ciudad, en el pueblo, en el campo. Se ve en los trayectos escolares, en el mercado, en el “commuting” diario y también en rutas recreativas entre llanuras, canales y pueblos del interior. En ciudades como Ámsterdam, los aparcamientos de bicicletas van más allá de unos simples postes: existen estructuras subterráneas con decenas de miles de plazas para bicicletas.
Retos que acompañan el éxito
No todo es perfecto en el paraíso de la bicicleta. Algunos de los desafíos:
- Robo de bicicletas: En 2023 se reportaron más de 85.000 bicicletas robadas en el país, con ciudades como Ámsterdam a la cabeza.
- Seguridad vial: A pesar de la infraestructura, las muertes de ciclistas han aumentado, sobre todo entre personas mayores que utilizan bicicletas eléctricas.
- Costos y cambio tecnológico: Las e-bikes son caras y las nuevas tendencias (como bicicletas “cargo” o de neumáticos anchos) plantean riesgos y complicaciones tanto en tráfico como en normativa.
¿Qué puede aprender Ecuador?
Desde Ecuador —y en particular ciudades como Guayaquil— la experiencia holandesa ofrece lecciones valiosas:
- Diseñar infraestructura ciclista segura e integrada: carriles separados, conexión con transporte público, aparcamientos adecuados.
- Fomentar la bicicleta como opción cotidiana de movilidad, no solo ocasional.
- Incentivar el uso de la bicicleta eléctrica para ampliar la cobertura a más edades y necesidades.
- Trabajar en campañas de seguridad vial, tanto para ciclistas como para automovilistas.
- Establecer políticas de robos e incentivos que protejan la inversión de los usuarios.
En los Países Bajos, moverse en bicicleta no es simplemente una decisión de transporte, sino una elección de estilo de vida: eficiente, sostenible y profundamente integrada en el tejido urbano y rural. Con más bicicletas que habitantes, la bicicleta se convierte en símbolo de identidad, de movilidad diaria y de reconexión con el entorno.






