
Guayaquil, 20 de octubre de 2025. — La organización que agrupa a los pueblos kichwas de Imbabura expresó su rechazo a la reciente declaración del Gobierno Nacional, que aseguró que “no existen condiciones para el diálogo” con el movimiento indígena. La respuesta se da en el marco del paro nacional que cumple cerca de 30 días, marcado por movilizaciones, bloqueos y un creciente clima de tensión social.
En un comunicado difundido por medios comunitarios y redes sociales, las comunidades kichwas manifestaron que la negativa del Ejecutivo demuestra “una falta de voluntad política para escuchar las legítimas demandas del pueblo”. Según los dirigentes, el diálogo no puede ser impuesto desde el poder, sino construido con respeto y reconocimiento mutuo.
“El diálogo no se impone, se construye. No se trata de una foto ni de una declaración, sino de compromisos reales con las comunidades que hoy sufren el abandono estatal”, señala el pronunciamiento.
Contexto de la crisis
El paro nacional —convocado por organizaciones indígenas y campesinas— inició como una respuesta a las medidas económicas del Gobierno y al incremento del costo de vida en las zonas rurales. En Imbabura, las movilizaciones se han mantenido de manera sostenida, especialmente en Otavalo, Cotacachi y Antonio Ante, donde la población indígena ha tenido un rol protagónico.
Pese a los intentos de intermediación de diversos sectores, el diálogo entre el movimiento indígena y el Ejecutivo se ha visto estancado por la falta de acuerdos sobre temas clave como la reducción del precio de los combustibles, la condonación de deudas agrícolas y la defensa de territorios ancestrales frente a concesiones mineras.
Llamado a la paz y al entendimiento
Desde la Confederación de Pueblos Kichwas de Imbabura (FICI), se hizo un llamado a mantener las manifestaciones de manera pacífica, pero también a sostener la unidad frente a lo que consideran una “postura autoritaria” del Gobierno. Los dirigentes insistieron en que la salida a la crisis solo será posible mediante el respeto, la escucha activa y la participación directa de las comunidades.
“Queremos un país donde las decisiones no se tomen desde el escritorio de Quito, sino desde el corazón de la gente que trabaja la tierra y defiende la vida”, afirmó uno de los representantes comunitarios.
Sin señales de acercamiento
Hasta el momento, no se ha anunciado una nueva mesa de diálogo entre las organizaciones indígenas y las autoridades gubernamentales. El Ministerio de Gobierno ha reiterado que “la seguridad y el orden” son prioridad antes de retomar cualquier acercamiento, mientras que los pueblos kichwas sostienen que sin diálogo real, la conflictividad podría prolongarse.
En Imbabura, las comunidades mantienen asambleas permanentes para definir los próximos pasos dentro de las protestas, al tiempo que reiteran su apertura a una negociación transparente.
La respuesta del movimiento indígena de Imbabura refleja el cansancio acumulado de las comunidades frente a un Estado que, según denuncian, ha cerrado los canales de participación y diálogo. En medio de un paro que ya se extiende por casi un mes, el llamado sigue siendo el mismo: abrir la palabra para evitar que la confrontación siga creciendo.






