
Guayaquil, 17 de octubre de 2025 — La presencia de agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) en Ecuador ha generado expectativa y un aire de tensión en medio de las investigaciones por la explosión de una camioneta registrada la noche del 14 de octubre frente a un edificio ubicado en el norte de Guayaquil.
El suceso, que dejó una persona fallecida y varios heridos, ha sido catalogado por las autoridades como un acto terrorista, y forma parte de la creciente ola de violencia que sacude al país desde inicios de año.
Explosión en una zona estratégica
El incidente ocurrió pasadas las 18:30 horas, cuando una camioneta estacionada frente a un edificio en la avenida Joaquín Orrantia —una de las zonas más transitadas del norte de la ciudad— estalló de forma repentina.
Según los primeros reportes de la Policía Nacional, el vehículo contenía explosivos de fabricación artesanal y componentes electrónicos que fueron activados a distancia. El estruendo se escuchó a varios kilómetros y provocó daños materiales en viviendas y locales comerciales cercanos.
Cámaras de seguridad captaron el momento exacto de la explosión, mientras peatones corrían despavoridos. El hecho generó pánico y congestión vehicular, obligando al cierre temporal de varias vías principales.
Apoyo internacional y presencia del FBI
El Ministerio del Interior confirmó la llegada de un equipo técnico del FBI, especializado en investigaciones antiterroristas y peritaje de explosivos, para colaborar con la Policía ecuatoriana y la Fiscalía General del Estado.
De acuerdo con fuentes oficiales citadas por medios locales como Ecuavisa y El Universo, los agentes estadounidenses trabajarán junto al Grupo de Intervención y Rescate (GIR) y al Centro de Inteligencia Estratégica (CIES), con el objetivo de identificar el tipo de explosivo, la técnica utilizada y el posible origen del atentado.
“La cooperación con organismos internacionales busca reforzar la capacidad técnica de nuestras fuerzas del orden ante un crimen que exhibe características de alto nivel de planificación”, señaló el ministro del Interior, John Reimberg, durante una rueda de prensa.
La participación del FBI se da en el marco de los acuerdos bilaterales de cooperación en seguridad entre Ecuador y Estados Unidos, enfocados en el combate al crimen organizado, narcotráfico y terrorismo urbano.
Posibles vínculos con bandas criminales
Investigadores no descartan la participación de grupos delictivos organizados como Los Lobos o Los Choneros, que mantienen enfrentamientos por el control territorial y rutas de narcotráfico en la región costera.
Aunque ninguna organización se ha atribuido el ataque, fuentes policiales aseguraron que el modus operandi y los materiales utilizados coinciden con otros atentados recientes en Guayas y Manabí.
El ministro Reimberg advirtió que las investigaciones apuntan a una estructura criminal con conexiones internacionales, lo que habría motivado la intervención del FBI para rastrear el origen de los explosivos y los circuitos financieros que los financiaron.
Críticas por la respuesta del ECU-911
Tras el atentado, ciudadanos guayaquileños expresaron su molestia por la demora en la reacción del sistema de emergencias ECU-911, que tardó varios minutos en coordinar la llegada de bomberos y unidades policiales.
Videos difundidos en redes sociales muestran el fuego consumiendo el vehículo mientras los vecinos intentaban alejar a las personas del lugar. Esta situación ha reavivado el debate sobre la eficiencia de los protocolos de emergencia en casos de alta peligrosidad.
El caso avanza bajo vigilancia internacional
La Fiscalía General del Estado abrió un expediente por terrorismo y homicidio intencional, mientras que el equipo del FBI ya habría tomado muestras de la escena para analizarlas en laboratorios especializados en Washington D.C.
La presencia del FBI en Ecuador marca un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo urbano. Guayaquil, convertida en el epicentro de la violencia, se enfrenta al reto de restablecer la confianza ciudadana y demostrar que el Estado tiene la capacidad de responder con firmeza y eficacia.
Más allá de la espectacularidad del suceso, la explosión en el norte de Guayaquil deja una enseñanza crucial: la seguridad nacional requiere cooperación, tecnología y transparencia, pero también una respuesta inmediata y humana frente al miedo que hoy atraviesa las calles del país.






